MONITOREO DE LA CALIDAD DEL AGUA

El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6, formulado por el Grupo de Trabajo Abierto de las Naciones Unidas (ONU), plantea una misión para los dos próximos decenios que consiste en “Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos”, esto mediante la aplicación de cuatro principios:

1) separar el agua potable de las aguas residuales;

2) facilitar el acceso al agua potable y tratarla para eliminar contaminantes químicos y biológicos;

3) proteger y recuperar los ecosistemas de agua dulce; y

4) salvaguardar el acceso al agua y el derecho al uso del agua.

Recordemos que, el agua dulce representa menos del 1% del volumen total de agua de la Tierra, pero ese pequeño porcentaje brinda numerosos servicios que son fundamentales para el desarrollo sostenible. Sin embargo, la capacidad de los ecosistemas para asimilar los desechos está rebasando sus límites debido al crecimiento de la población y al aumento de las actividades socioeconómicas. Se calcula que el 80% de las aguas residuales se vierten en las masas de agua sin ningún tratamiento previo, virtiendose toneladas de metales pesados, disolventes y otros desechos directamente en las masas de agua cada año (WWAP, 2017). Así mismo, la actividad agrícola es fuente de la escorrentía de fertilizantes y plaguicidas, lo que se vuelve una amenaza importante para la calidad del agua y, dada la presión para intensificar la producción agrícola a fin de atender a una población creciente, es probable que este fenómeno se agrave aún más.

Para llegar a la meta del ODS 6 es vital conocer ciertas herramientas que permitirán generar buenos resultados. La buena calidad del agua de nuestros ríos, lagos y aguas subterráneas es fundamental para el desarrollo sostenible y la salud mundial, ya que contribuye a la prestación de servicios básicos y permite la realización de actividades económicas. Para ello, el monitoreo del agua permite determinar en qué lugares la calidad del agua está sometida a alguna presión antropogénica y dónde se mantiene en su estado natural. Informa a los responsables de las decisiones sobre dónde conviene dirigir los recursos para reducir la contaminación, y permite medir la eficacia de las estrategias de prevención y mitigación de la contaminación.

Para el monitoreo de la calidad del agua se emplean normas mexicanas o internacionales específicas que poseen valores de referencia o permisibles que no deben superar los parámetros indicativos que se miden. Los parámetros que se miden dependen en gran medida del tipo de agua que se vaya a utilizar o a tratar; ésta puede ser agua purificada, potable, para albercas, riego, acuacultura o agua residual. De modo que, la calidad del agua, independientemente del uso que vayamos a darle, es un tema de vital importancia, tanto para los consumidores, como para los países y empresas que la gestionan. Un análisis sobre la calidad del agua, es clave para garantizar una buena salud.

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